Según Sibilia, los saberes contemporáneos buscan formar un cuerpo que ya no sea orgánico sino que sea artificial, virtual e inmortal. Por eso se intenta superar las limitaciones del carácter material del cuerpo humano: El limite temporal y el espacial.
Para superar el limite de la temporalidad que caracteriza al cuerpo material, la tecnociencia pone a disposición del hombre instrumentos que le permitan luchar contra el envejecimiento y la muerte. Para ello, los laboratorios ponen al alcance de los hombres saberes y artefactos que son combinaciones de lo orgánico con lo inorgánico de lo artificial y lo natural. La mortalidad se ve amenazada por categorías nuevas que surgen como la llamada "zona de muerte" la cual se encuentra entre la inconciencia permanente y el cese de la respiración Este tipo de categorías antes no existían ya que la muerte de una persona se declaraba cuando su corazón dejaba de latir o cuando dejaba de respirar, cuestión que hoy con la ayuda de respiradores artificiales, se ve "amenazada" la categoría muerte. Otro tipo de servicio que busca la inmortalidad es la ingeniería genética que por medio de manipulaciones buscan alterar el código genético y ajustar su programación, lo que le permite al hombre vivir mas tiempo y mejor.
Para romper con la barrera espacial, la tecnociencia pone a disposición del hombre dispositivos y servicios teleinformáticos que anulan las distancias geográficas sin necesidad de desplazar el cuerpo. La virtualidad y la telepresencia son configuraciones nuevas que vienen a superar las limitaciones espaciales que caracterizan el carácter orgánico del cuerpo. De esta manera el cuerpo material se vuelve obsoleto, porque ahora el nuevo cuerpo es virtual.